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domingo, 27 de septiembre de 2015

¡Hasta siempre, Cinema Palacio!

¡Hasta siempre, Cinema Palacio!
Cinema Palacio en 2014.

El cine es un lugar especial, único e inigualable. Además de proyectar las más grandes ideas nacidas de las mentes más brillantes, también es cuna de otras asombrosas ideas próximas a desarrollarse, surgidas de la imaginación de personas ingeniosas que se inspiraron al pasar un buen rato viendo una película en un cine. Como diría Steven Spielberg: “Cada vez que voy al cine hay magia, no importa de que trate la película”.
Sala del Cinema Palacio.

La evolución de las salas de proyección es impresionante, una trasformación que inicio como una atracción menor de feria, pasando por las inmensas salas con más de mil butacas y una pantalla gigante, hasta llegar a las cadenas con multisalas, ahora con formatos avanzados como el 3D y el 4D, y muy a pesar de estos cambios, muy a pesar del paso del tiempo, las emociones y los sentimientos que se generan al ver un largometraje en una enorme lona blanca y con el aroma a palomitas recorriendo el ambiente siguen siendo los mismos,  la experiencia nunca cambiara, seguirá siendo la más hermosa del mundo. Ciudades en el mundo han tenido o tienen un cine al cual consideran único y especial, ya sea por su estilo arquitectónico o por el tiempo que lleva funcionando. Saltillo tuvo uno, el cual muchos recordamos con un gran cariño y aprecio.
Vestíbulo del Cinema Palacio. 

El cinematógrafo llego México durante la época porfiriana. La primera función de cine en la historia del país se llevó a cabo en 1896, siendo de forma privada para el presidente Porfirio Díaz y varios de sus familiares. El cine llego a Saltillo, capital del estado de Coahuila, en 1898, cuando el 4 de junio de ese año se realizó una función en el Teatro Acuña. Este espectáculo volvió a la ciudad el 18 de abril de 1906, el cual se llevó a cabo a beneficio del Hospital Civil, y fue en el Ateneo Fuente.
Cinema Palacio en los años 40's.

Con una imagen de postal, respaldada por un bello estilo arquitectónico de la época, el Cinema Teatro Palacio, el primer cine en Saltillo, abrió sus puertas el 1 de diciembre de 1941, dándole un nuevo entretenimiento a los saltillenses. Ubicado en la calle Victoria, el área comercial más importante de la Zona Centro de la ciudad, inicio su vida proyectando desde películas nacionales hasta noticias de aquellos tiempos, de las cuales destacaban las relacionadas con la Segunda Guerra Mundial.
El Cinema Palacio hacia los años 40's.

En 1943, el famoso pintor estadounidense Edward Hopper visito Saltillo por vez primera, plasmado en lienzo los lugares más hermosos de la ciudad. En 1946, inspirado sobre la azotea del Hotel Arizpe, Hopper capturaría con su estilo de “New Realism” la imagen del Saltillo de la época, con el Cinema Palacio como el protagonista de la obra. “El Palacio”, una de las pinturas más destacadas de sus visitas a México, se encuentra en exhibición en el Whitney Museum of American Art, en la glamurosa ciudad de Nueva York. 
Pintura de Edward Hopper titulada "El  Palacio" (1946).

El Cinema Palacio fue un lugar que vio el crecimiento de una ciudad pequeña en el Norte de México. Fue un veterano de guerra, un sobreviviente que pudo soportar duros retos y adversidades provocados por la modernidad en cuestión de salas cinematográficas. Otros cines, como Cinemundo, Florida, Studio 42, Cinema Plaza, entre otros, fueron inaugurados en Saltillo a partir de los 50’s. Tuvieron su época de oro, su apogeo, pero ninguno logro superar los desafíos que el tiempo les impuso; Studio 42 fue trasformado a MM Cinemas. El Palacio incluso pudo ser rival de las cadenas de cine con multisalas, que entraron en Saltillo a partir de los años 90’s.
Cinema Palacio en 2010.

Entre 2006 y 2007, la empresa mexicana Cinepolis, la cadena de cines más grande de América Latina y la cuarta a nivel mundial, arribo a la capital coahuilense, trayendo consigo un mayor nivel de modernidad, con una calidad de imagen y audio superior a cualquier otro cine en la ciudad. Ante esto, varias empresas no pudieron hacerle frente a la competitividad que representaba Cinepolis, por lo que terminaron cerrando sus complejos en Saltillo. Multicinemas, MM Cinemas y Hoyts Cinemas cerraron sus puertas a partir del verano del 2007. El primero fue convertido en un centro religioso, el segundo sigue dando alegría y diversión pero ahora convertido en un parque de trampolines, y el tercero cumple una condena de tiempo indeterminado en el olvido y el triste abandono, después der ser, por varios años, el cine más lujoso de la ciudad. Rio Cinemas, MM Cinemas Lourdes (cerrado en 2014, actualmente abandonado), Cinemark (convertido en Cinemex en 2014) y, por supuesto, Cinema Palacio subsistieron ante la novedad de una compañía que daba un nuevo enfoque a la industria del cine en una localidad que no aun había explorado.
Hoyts Cinemas, cerrado en 2007 tras la llegada de Cinepolis a Saltillo.

Pero no solo los cines fueron un reto para El Palacio. La llegada de los formatos de video caseros, los videoclubes y el poder del internet fueron obstáculos que el recinto tuvo que soportar. Hubo una época en la que Cinema Palacio cayó en el hoyo. Las crisis económicas y la nueva “necesidad” de proyectar películas para adultos hicieron que el primer cine de la ciudad bajara el telón. Reabrió sus puertas a principios de los 90’s y por un tiempo uso el concepto de cine-teatro: además de películas, en el lugar también se exhibían obras de teatro, algunas provenientes de la Ciudad de México.
Oilimpia Vistorama, cine pornografico en Saltillo. 

Cinema Palacio se jacto de ser el cine más antiguo de México y de ser el único en su tipo en el país, el único cine en su estilo que conservaba su edificación integra, con sus más de mil butacas y su colosal pantalla, la cual era la más grande en Saltillo. Pero ahora, este singular espacio de entretenimiento se ha convertido en una historia más de la ciudad, en un recuerdo imborrable de la memoria de miles de saltillenses, especialmente de aquellos que estimamos al séptimo arte.
Cinema Palacio en 2011.

La mañana del 11 de noviembre de 2014, los principales periódicos de Saltillo anunciaban una trágica noticia: el icónico edificio había sido vendido por sus dueños, la familia Ochoa, a empresarios de Monterrey, Nuevo León, para la construcción de una plaza comercial, cuya tienda principal sería una importante zapatería. Las escasas ganancias produjeron dicha situación. El Palacio ya no pudo resistir más.
Maquinaria pesada dentro del inmueble, 2015.

Las reacciones negativas no se hicieron esperar. Inconformes, ciudadanos causaron un revuelo en redes sociales defendiendo el histórico lugar, algunos de ellos contando alguna anécdota ocurrida en su interior. Aun a pesar de la realización de la compra, saltillenses pidieron al gobierno local rescatar el inmueble y restaurarlo, acción que nunca ocurrió debido a que el presidente del Congreso del Estado, Eliseo Mendoza Berrueto, comento que el cine no tenía un valor artístico. “El edificio del cine Palacio es un tanto actualizado, moderno y comercial…es realmente imponente por su tamaño, pero no tiene un mayor valor artístico como tal” dijo. El 1 de diciembre de 2014, un grupo de ciudadanos celebro el 73 aniversario del cine partiendo un pastel enfrente del mismo, manifestando el descontento por la venta del lugar.
Como lucirá en un futuro próximo.

El Cinema Palacio bajo el telón, cerró sus puertas y apago las luces. El coloso silencioso de la calle Victoria, cuya memoria quedara intacta albergando miles de recuerdos, fue testigo de hitos del cine y éxitos de taquilla, sus butacas fueron ocupadas por personajes de renombre, y nos inspiró a muchos cada vez que acudíamos a ver una función gratuita. La leyenda viviente de Saltillo murió, teniendo al fin su eterno, y también merecido, descanso. No nos queda nada más que decir, tan solo “gracias”, gracias por ser la fábrica de sueños e ilusiones más grande de Coahuila, gracias por ser parte de nuestras vidas,  gracias por traer la magia del séptimo arte a la ciudad, una magia que no se extinguirá mientras su esencia se sigua sintiendo cada vez que caminemos por el lugar que alguna vez ocupo, y aunque el aroma de palomitas cambiara por el de zapatos de piel, nada borrara la enorme huella que el Cinema Palacio dejo entre las calles de Victoria y Acuña.
Ultima cartelera del Cinema Palacio, 2014.

¡Hasta siempre, Cinema Palacio!

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