Reseña
de Ready Player One
Imagen:
Amblin Entertainment
Steven
Spielberg. La sola mención de su nombre trae a nuestras mentes un sinfín de
palabras: maestría, genialidad, innovación, etc. Estamos hablando de uno de los
más grandes cineastas del siglo pasado, cuya filmografía tiene el privilegio de
tener algunas de las películas que, en su época, fueron parteaguas en la
historia del cine. Jaws (1975), Close Encounters of the Third Kind
(1977), la saga de Indiana Jones
(1981-presente), E.T. the
Extra-Terrestrial (1982), Jurassic
Park (1993), Schindler's List (1993),
y Saving Private Ryan (1998) tan solo
son la punta del iceberg que representa una larga filmografía que se ha expandido
a lo largo de 50 años de carrera. Más que un director de cine, Steven Spielberg
es un genio del séptimo arte, que ha inspirado a millones de amantes del cine…incluyéndome.
A
pesar de ser mi más grande ídolo desde mi infancia, Ready Player One (2018) es la primera película de Spielberg que veo
en el cine. Basada en la novela del mismo nombre, escrita por Ernest Cline, la
película narra la vida de Wade Watts, un chico que, como todo el mundo en el
año 2045, prefiere vivir dentro del videojuego masivo en línea OASIS que en el oscuro
mundo real. Tras la muerte de James Halliday, creador del OASIS, un concurso
dentro del juego inicia, en el cual todos los jugadores tendrán que buscar tres
llaves entre los cientos de mundos que existen en el juego, y así poder ganar
un imaginable premio: la fortuna de Halliday y el control total de OASIS. Por varios
años, millones de personas intentaron encontrar las llaves sin éxito, y cuando
el concurso estaba por quedar en el olvido, Wade encuentra la primera llave, lo
que lo lleva a una arriesgada aventura, que pone su vida en peligro tanto en el
juego como en el mundo real.
Lo
primero en resaltar, tanto en la publicidad como en la película misma, son los
guiños y las referenciáis a la cultura pop, especialmente de la década de los
80’s, década que ha sido revivida en los últimos años gracias a la serie
original de Netflix Stranger Things
(2016-presente) y la nueva adaptación cinematográfica de la novela de Stephen
King It (2017). La película no solo
juega con nuestra nostalgia, la transporta hacia una oda a todo lo que amamos,
lo que hacer que ver esta película sea una experiencia casi religiosa.
La
historia, aunque no es compleja, es entretenida, se mueve a un buen ritmo, y es
complementada gracias a la cultura pop y la cultura general. Tanto Spielberg como
los guionistas, no desaprovecharon todo el material que tenían para trabajar,
logrando crear una increíble película, basada, más que nada, en lo que al
espectador común le interesa. Conforme avanza la trama, nos vamos dando cuenta
que el film es un reflejo de nuestro mundo actual, que poco a poco pierde su
humanidad para remplazarla con la tecnología. Si bien los videojuegos en línea de
nuestros tiempos, como League of Legends
o World of Warcraft, no llegan al
nivel de realismo que OASIS, ponen los cimientos de lo que puede ser un futuro
en el que el control de nuestras vidas este perdido.
Los
efectos visuales son un aspecto fundamental de la película, y a través de ellos
podemos apreciar las diferencias entre ambos mundos: mientras el mundo real es sombrío
y de colores grises, el mundo dentro de OASIS es de colores vivos y brillantes.
Las escenas de acción son alucinantes; los personajes, aunque caricaturescos,
tienen movimientos reales y vivos; no quieres separar la vista una vez empezada
la película.
La
música, a cargo de Alan Silvestri, es fantástica. Melodiosa hasta donde los
poderes de nuestros odios pueden captar, la banda sonora es una magnifica combinación
entre un score original y homenajes a grandes piezas musicales de antaño. Tal
vez, muchos esperaban que John Williams (frecuente colaborador de Spielberg)
fuese el realizador del score, no obstante, Silvrestri nos brinda un trabajo
decente, a la altura de la cinematografía del cineasta.
Aunque
engancha al público haciendo uso de la nostalgia, Ready Player One es una de las mejores películas que Spielberg ha realizado
en los últimos veinte años, y no sería una sorpresa verla competir en la 91ª entrega
de los Premios Oscar en las categorías de Mejores Efectos Visuales, Mejor
Edición de Sonido y Mejor Mezcla de Sonido. Como espectadores, podemos hacer
una conexión con los personajes, simpatizar con ellos, y sentirnos parte de la
historia.
Mi
calificación: 9.5/10
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